“Me
desperté con el cuerpo cubierto de claveles”, recuerda
Yolanda Huerga, esposa de Manuel Vázquez Portal,
a quién se le ilumina el rostro cuando habla de su
esposo.
Por
CLAUDIA MARQUEZ LINARES
¿Cómo
y cuándo se conocieron?
R-
Nos conocimos en una Terminal de Ómnibus de Bayamo.
Yo iba para la Universidad, en el año 1981, y él
iba a ser un reportaje para la Revista Pionero, para la
cual trabajaba en esa época. Tiempo después,
en el año 87, debido a amigos comunes nos volvimos
a encontrar y nos casamos el 22 de julio de 1992.
¿Alguna
vez te imaginaste defendiendo a tu marido con tanto ahínco
y en medio de estas circunstancias?
R.
Jamás. Ni en mis pesadillas más horrendas
pensé verme envuelta en esta situación. Siempre
pensé que Manuel, debido a su decisión de
empezar a escribir independientemente, podia algun dia sufrir
la cárcel. Pero, una cosa es la imaginación
y otra, esta dura realidad por la que estamos atravesando.
Todo el cúmulo de angustias que ha conllevado la
prisión de Manuel para la familia, para mi hijo de
10 años, ha sido una experiencia indeleble para todos.
Pienso que es importante que el mundo conozca que el encarcelamiento
de estos hombres ha lacerado y desestabilizado a muchas
familias cubanas.
La
fuerza para asumir esta actitud las he sacado del amor que
siento por él. Además, pienso que ha sido
una injusticia muy grande lo que se ha cometido contra él
y contra el resto de los 75. Manuel está preso por
ejercer un derecho elemental. A nadie en el mundo se le
condenaría a 18 años por el sólo hecho
de escribir crónicas sobre la realidad de su país.
Y para mí eso es un crimen. Y ese crimen se ha cometido
aquí en Cuba.
¿EN
QUE SITUACION SE ENCUENTRA MANUEL AHORA?
R.
Manuel se encuentra en la Prision de Boniato, a más
de 900 kilómetros de nuestra casa, en una celda de
aislamiento minúscula, con pésimas condiciones
higiénico sanitarias, donde falta el agua frecuentemente.
Como única compañía tiene insectos
y ratas. NO tiene acceso a la prensa ni a la televisión
ni a la radio. Se le pueden llevar sólo las lecturas
que autorice el penal. Le permiten sólo una hora
de sol al día de lunes a viernes. Las visitas de
la familia sólo las tiene cada tres meses y la conyugal
cada cinco meses. En el penal se viola la privacidad de
la correspondencia que envía y que recibe. No le
permiten atención religiosa a pesar de que la ha
solicitado.
¿CÓMO
PODÍAS CATALOGAR ESTA EXPERIENCIA?
R.
Si de algo me ha servido esta experiencia es que he aprendido
a conocer a gente maravillosa que me ha demostrado que ni
Manuel ni yo estamos solos. Yo recibo muchas llamadas y
correos electronicos de personas comunes y corrientes que
se interesan por la situación de Manuel, personas
del mundo entero y de disímiles nacionalidades y
culturas que muestran su admiración por los escritos
de Manuel y otras que me han dicho: “Estoy rezando por su
esposo”. Estas muestras de solidaridad me emocionan profundamente
y me dan fuerzas para seguir luchando con la esperanza de
verlo libre pronto.
HÁBLAME
DE GABRIEL, EL HIJO DE AMBOS.
R.
Gabriel es un niño que no se conforma con respuestas
simples. Pide explicaciones del por qué encarcelaron
a su padre y me pregunta por qué en Cuba encarcelan
por las ideas. Frente a la propaganda oficial he tenido
que darle respuestas porque lo que no puedo permitir
es que él piense que su padre es un mercenario. Su
padre es su ídolo y me he ocupado de mantener esa
imagen que él tiene de él.
Pero
esto, como es lógico, ha traído confusiones
en su psiquis, ha incidido en su comportamiento en la vida
y en la escuela. Hasta el punto de estar siendo atendido
por un psicólogo. Del niño conversador que
era, ha pasado a ser introvertido, sólo utiliza en
su conversación monosílabos porque se muestra
reacio a establecer un diálogo y a veces es rebelde.
Creo
que esto es una huella que lo va a marcar para toda su vida.
Manuel
tiene tres hijos más de dos matrimonios anteriores.
Siempre ha sido un excelente padre y en estos momentos se
ha visto recompensado en el amor y la preocupación
de sus hijos mayores hacia él. Por ejemplo, en estos
momentos yo estoy en cama con una fractura de Tibia y Perone
y quién me está cuidando al niño es
Manolo, el hijo mayor de Manuel.
Manuel
también tiene un nieto de dos años que vive
en Ciego de Ávila y que también lo ha visitado
a la Prisión.
QUISIERAS AGREGAR ALGO?
R.
Sí. Quería decir que Manuel siempre tiene
un detalle para nosotros cuando lo vamos a visitar. Ya sea
una flor para mi, que recoge con sus manos esposadas en
el trayecto de su celda hasta el local de la visita, un
dibujo para Gabriel, otro para su nieto, un libro de Harry
Potter que cambió por una caja de cigarrros, cualquier
cosa. |