Por
Jay Martínez
¿Por
qué será que al Señor Ministro todo
le sale mal? Desde que ocupó la silla caliente dejada
por Roberto Robaina, quién de Ministro pasó
a cuidar el Parque Almendares de La Habana, todo lo que
toca lo convierte en sal y agua.
No
hay gestión diplomática que le surta efecto.
Comencemos con Ginebra, Suiza. Desde que Pérez Roque
esta en el cargo ha recibido dos aplastantes derrotas. Bien
merecidas por supuesto. Luego, las llamadas “conversaciones
migratorias” con sus “amigos del norte” las cuales siempre
terminan en un monólogo donde se repiten las frases
prefabricadas de la tiranía de Castro, fueron un
fracaso. Pérez Roque con su peculiar estilo de guapetón
de barrio más que lograr la promoción del
diálogo todo ha terminado en la cancelación
de las reuniones.
Una
de las peores gestiones diplomáticas que se ejercen
en la actualidad en el mundo la realiza Cuba. A través
de un discurso intolerante e irrespetuoso de las más
elementales normas de convivencia pacífica entre
naciones civilizadas podríamos afirmar que lejos
de ganar adeptos cada vez son más los países
que condenan el proceder del régimen de La Habana.
La
Diplomacia en Cuba se basa en satisfacer el egocentrismo
de Fidel Castro. Pérez Roque, conocido por su perruna
fidelidad, basa su carrera diplomática en repetir
los mismos argumentos que su Comediante en Jefe. Nunca sabríamos
a ciencia cierta si lo hace por salvar su pellejo o por
conciencia pero en su subconciente esta bien claro que sí
comete un error por pequeño que sea puede ir a parar
a cualquier rincón de La Habana ya sea de guardaparque
o barrendero según le apetezca al Dueño del
Circo.
La
ola represiva de marzo de 2003 y el fusilamiento de los
tres jóvenes de la raza negra por querer abandonar
el país ilegalmente ha sido lo que le ha puesto la
tapa al pomo. Quien todavía en su conciencia le quedaba
algún sentimiento idílico del ideal revolucionario
se decepcionó por completo. Personalidades de izquierda
de todas partes del mundo alzaron sus voces al unísono
pidiendo respeto a los derechos humanos en Cuba.
Por
otra parte, la bronca con la Unión Europea y con
las naciones de México y Perú liderada por
Castro y luego seguida a coro por Pérez Roque ya
es el colmo. Se puso una vez más de manifiesto que
la máxima de La Habana es: “O estas conmigo, o estas
contra mí”, no hay términos medios. Sin lugar
a dudas, la condena en Ginebra le molesta mucho al dictador.
Para
finalizar, una de las últimas monadas de Pérez
Roque, su actuación en la Cumbre de Guadalajara,
tampoco obtuvo el resultado esperado por La Habana. Intentó
salirse con la suya al intentar que incluyeran en el documento
final de la Cumbre la condena de todos los participantes
al embargo y a las recientes medidas económicas anunciadas
por la Casa Blanca hace unas semanas.
Y
con su acostumbrada guapería barata Pérez
Roque tuvo que regresar a La Habana con el rabo entre las
piernas y sin nada entre las manos
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