Por
Jaime Suchlicki
Los que se oponen al embargo sostienen
que el pueblo cubano se beneficiaría si este se eliminara
junto con la prohibición de viajes a la isla por ciudadanos
estadounidenses.
Añaden
que si esto ocurriera las compañías americanas
y los turistas pudieran penetrar e influenciar el mercado cubano
precipitando así la caída del sistema comunista
y la transición hacia una sociedad democrática.
Estas predicciones están basadas en varias premisas incorrectas.
Primero, que Castro (y el liderazgo cubano) es ingenuo e inexperto,
y por lo tanto, permitirían a turistas e inversionistas
de los EE.UU.
socavar
la revolución e influenciar eventos en la isla.
Segundo,
que Castro permitiría inversiones estadounidenses en
todos los sectores económicos, en
vez de elegir las compañías que pudieran comerciar
e invertir dentro del país.
Tercero, que Castro está tan interesado en tener relaciones
con los EE.UU. que está dispuesto a arriesgar lo que
más ha dominado su trayectoria por más de 40 años
total control del poder y férrea oposición al
"Imperialismo Yanqui." Durante el Quinto Congreso
del Partido Comunista en 1997, Castro enfatizó: "Haremos
lo necesario sin renunciar a nuestros principios. No nos gusta
el capitalismo y no abandonaremos nuestro sistema Socialista".
Castro también reiteró su tradicional postura
anti-americana, acusando a los EE.UU.
de librar una guerra económica en contra de su país
y urgiendo la "preparación militar en contra de
la hostilidad imperialista". En mayo del 2001 durante una
visita a Irán Castro insistió: “Irán y
Cuba pueden poner a los EE.UU. de rodillas. El régimen
norteamericano es muy débil y estamos viendo sus debilidades
de muy cerca".
Cambiar la política hacia Cuba pudiera tener resultados
diferentes y, no necesariamente lo que los norteamericanos y
el pueblo de Cuba desearían.
Eliminar
el embargo y viajes a la isla sin cambios profundos por parte
del régimen de Cuba:
• Garantizaría la continuación de las estructuras
totalitarias existentes.
• Reforzaría empresas estatales, ya que el dinero que
entraría iría principalmente a los negocios del
estado los cuales el gobierno cubano es dueño. En Cuba
el Estado es el dueño de la mayoría de los negocios.
En todas las inversiones extranjeras, el gobierno cubano participa
como socio.
• Crearía más represión y control, ya que
Castro y los líderes de su gobierno temen que la influencia
estadounidense vaya a subvertir la revolución y debilitar
el control del Partido Comunista sobre el pueblo cubano.
• Atrasaría una transición hacia la democracia.
• Permitiría que Castro reciba préstamos de organizaciones
internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI),
el Banco Mundial, etc. Cuba debe miles de millones de dólares
a la antigua Unión Soviética, al Club de París,
y a otros, y se ha negado en el pasado a pagar estas deudas.
Nuevos prestamos serán usados por un sistema ineficiente
y despilfarrador, y serán incobrables. La razón
por la cual Castro ha sido incapaz de pagar estos préstamos
no es por el embargo estadounidense, si no porque su sistema
económico reprime la productividad y porque él
continúa subvencionando grupos terroristas anti americanas.
Castro también gasta cuantiosas cantidades en sostener
sus fuerzas armadas y en mantener un sistema de asistencia social
en estado de bancarrota.
• Perpetuaría el extenso control de los militares sobre
la economía.
• Negaría los principios básicos de la política
estadounidense en Latinoamérica los cuales enfatizan
democracia, derechos humanos, y economías de mercado.
• Enviaría un mensaje erróneo a los enemigos de
los EE.UU. que un líder como Fidel Castro puede confiscar
propiedades americanas sin compensación; permitir el
uso de su territorio para el emplazamiento de cohetes nucleares
dirigidos hacia los EE.UU.; apoyar al terrorismo y a los grupos
que se oponen a los EE.UU. y que eventualmente los EE.UU. "perdonarán
y olvidarán" premiando a Fidel Castro con turismo
norteamericano, inversiones, y ayuda económica.
Consideraciones
específicas
Turismo
• Si turistas norteamericanos pudieran visitar la isla, el gobierno
de Castro seguiría las mismas medidas que la Unión
Soviética y los Países de Europa Oriental siguieron
cuando permitieron al turismo en sus países: los turistas
tendrían
que obtener visados; sus viajes serían
controlados y enviados a los centros turísticos construidos
en la isla lejos de los centros principales de población;
y los turistas serían registrados minuciosamente para
evitar que entre "propaganda subversiva" en la isla.
• Una vez que los norteamericanos puedan viajar a Cuba, el gobierno
de Castro haría más difícil las visitas
de los cubano-americanos. Estos últimos son considerados
subversivos pues hablan el idioma y pueden influenciar a sus
familiares y amigos.
• Los turistas americanos no hablan el idioma y van a tener
poco contacto con los cubanos, de modo que su influencia sería
limitada.
•
El sistema de seguridad cubano controla estrictamente la mayoría
de los centros turísticos como Varadero, Cayo Coco, etc.
Los cubanos en la isla no tienen acceso a estos centros que
son para turistas solamente. Los empleados de estos centros
son cuidadosamente seleccionados por el gobierno y programados
a repetir a los turistas
las consignas de propaganda castrista.
• Los turistas gastarían dólares en productos
como ron, tabaco, etc. producidos por empresas estatales, y
se hospedarían en hoteles, los cuales son propiedad del
gobierno cubano - parcialmente o completamente. Los militares
en Cuba son los dueños de Gaviota, la aerolínea
principal que transporta a turistas por la isla. Carlos Lage,
el Zar de la economía cubana, ha reiterado varias veces,
que el objetivo del gobierno es el de "reforzar las empresas
estatales".
• El gobierno cubano seleccionaría cuales aerolíneas
estadounidenses y compañías de cruceros podrían
visitar la isla y cuales compañías estadounidenses
podrían invertir en empresas conjuntamente con el Estado
cubano.
• El impacto económico del turismo, sería limitado.
Los dólares llegarían en cantidades mínimas
a los cubanos pobres; las empresas extranjeras y las estatales
se beneficiarían más.
• Un flujo grande de turistas a Cuba tendría un efecto
negativo en las economías de las islas más pequeñas
del Caribe como Jamaica, la República Dominicana, las
Bahamas, y Puerto Rico, así como la Florida las cuales
dependen del turismo para su bienestar. Tiene que haber una
planificación previa y cuidadosa, para no crear dificultades
y problemas sociales en estos países.
• El turismo se convertiría en una operación de
dos vías, con muchos cubanos visitando los EE.UU. y probablemente
quedándose en EE.UU. como inmigrantes ilegales, complicando
un tema controversial en la política interna de los EE.UU.
Comercio
• Ninguna operación comercial independiente del Estado
está permitida en Cuba.
• Cuba exportaría a los EE.UU. sus productos, tabaco,
ron, cítricos, vegetales, níquel, mariscos, biotecnología,
etc. Todos estos productos son producidos por empresas estatales
cubanas, con trabajadores que reciben sueldos por debajo de
los sueldos normales en sociedades libres. Como Cuba tiene gran
necesidad de dólares, el gobierno cubano podría
exportar productos al mercado estadounidense a precios bien
bajos, sin preocuparse del costo, compitiendo así de
una forma injusta con los otros países exportadores y
perjudicando sus economías.
• Si los EE.UU. fueran a comprar azúcar en Cuba, sería
en detrimento de los productores estadounidenses y caribeños.
• Los productos cubanos no son estratégicamente importantes
para los EE.UU., y además existen en gran abundancia
en el mercado interno estadounidense.
• No hay duda de la necesidad crónica de Cuba de obtener
tecnología, productos, y servicios estadounidenses, aunque
esa necesidad sola no determina el tamaño o viabilidad
de un mercado. La extensa deuda de Cuba, a países occidentales
y los antiguos socialistas, el bajo rendimiento de la economía
cubana, y los bajos precios de sus productos de exportación
hacen que la percepción de Cuba como un "mercado
importante" sea en realidad un espejismo.
• Desde el punto de vista de los EE.UU., por lo tanto, el reestablecimiento
de relaciones comerciales con Cuba sería, en el mejor
de los casos, problemático. Crearía problemas
severos para las economías regionales (muy deprimidas
en este momento) del Caribe y Centro América ya que los
EE.UU. tendría que reducir sus compras de azúcar
a esos países para poder comprar azúcar en Cuba.
Proveería al mercado estadounidense con productos que
son de poca necesidad y que se pueden adquirir en los EE.UU.
fácilmente. Y, aunque algunas empresas estadounidenses
podrían beneficiarse de una relación comercial
con Cuba, no ayudaría, en forma significativa, a la economía
estadounidense en su totalidad. Cuba no tiene el potencial
de convertirse en un socio comercial importante como lo es China,
Rusia, o incluso Vietnam.
Inversiones
• Cuba ha promovido inversiones en turismo como su primera prioridad
y sólo recientemente ha comenzado a promover inversiones
en otros sectores. Cuba no permite libertad individual en asuntos
económicos. Aunque el gobierno cubano este permitiendo
ahora a algunos trabajadores trabajar por cuenta propia, estas
actividades están sumamente reguladas. A diferencia de
China, Cuba no permite que exista propiedad privada ni en el
agro ni en la industria.
• Todas las inversiones extranjeras son aprobadas por el gobierno
cubano y se hacen en asociación con empresas estatales.
Las corporaciones americanas que inviertan en Cuba tendrán
que seguir los dictados del gobierno y Cuba escogería
cuales pueden o no invertir en la isla.
• Las inversiones estadounidenses serían muy limitadas,
debido a la falta de un extenso mercado interno; las incertidumbres
políticas, legales y económicas; y las oportunidades
que presentan otros mercados en Latinoamérica y Asia.
Las modestas inversiones que se pudieran hacer inicialmente
estarían dirigidas principalmente hacia el turismo, la
minería, y las industrias relacionadas con los recursos
naturales.
• La constitución cubana prohíbe que extranjeros
sean dueños de propiedades y también prohíbe
a los cubanos privados que participen en empresas conjuntas
con extranjeros.
• Empresas conjuntas son permitidas solamente con el estado
y sus empresas; la mayoría de éstas están
bajo el control de los militares.
• Compañías extranjeras no pueden legalmente contratar
y despedir trabajadores cubanos. Contratar y despedir trabajadores
es una prerrogativa del Ministerio de Trabajo. Compañías
extranjeras están obligadas a pagar los sueldos de sus
empleados directamente al gobierno cubano en dólares.
El gobierno cubano le paga a los trabajadores en pesos cubanos,
los cuales se valoran en 1/25 del dólar estadounidense.
El gobierno, por lo tanto, percibe el 90% de cada dólar
y le paga al obrero cubano solamente el 10%.
• Aunque la ley de inversiones extranjeras de Cuba provee protección
contra expropiación gubernamental, todo arbitraje ocurre
en oficinas gubernamentales corruptas y arbitrarias donde se
le da poca protección al inversionista. En la isla no
existe un sistema judicial independiente.
• Inversionistas extranjeros también tienen que enfrentarse
con la posibilidad de que el gobierno cambie su política;
los problemas legales conectados con propiedades previamente
confiscadas; y posibles sanciones en contra de inversionistas
extranjeros que cooperaron con el gobierno de Castro en caso
de que un gobierno anti- Castrista asuma el poder.
• La oposición de Castro a promover reformas económicas
evitará que una economía de mercado pueda funcionar
eficazmente, y evitará el lograr una mejora real en el
país. Aunque Castro y los políticos de línea
dura reconocen la necesidad de cambios económicos, también
temen a la erosión del poder político que conllevaría
una reestructura de la economía hacia el mercado libre.
La adopción de reformas reales representa una solución
a la crisis económica que se enfrente al país,
pero un proceso a gran escala de reformas conlleva el riesgo
de la pérdida de control político sobre la sociedad.
POR QUÉ MANTENER EL EMBARGO
El embargo se debe utilizar como un incentivo que se ofrecería
tan pronto haya un cambio hacía una sociedad democrática.
El embargo no es un anacronismo, sino un instrumento de política
exterior estadounidense para lograr la meta de una Cuba libre.
Mientras que la mayoría de los gobiernos latinoamericanos
elegidos libremente tienen políticas económicas
abiertas y neoliberales, Castro ha adoptado una posición
intransigente, el último defensor del Marxismo-Leninismo.
En Octubre de 1997 Castro reunió en La Habana a líderes
comunistas de todo el mundo para reafirmar la supremacía
de la ideología comunista y para planificar el regreso
al poder de estos líderes cuando el capitalismo fracase
en Europa.
El terminar el embargo ahora sería una victoria psicológica
para Castro. Cuba y muchos otros países interpretarían
esto como una derrota de la política estadounidense.
La percepción de que al negociar y ofrecer a Castro incentivos
económicos podremos influenciar o modificar su comportamiento
ha sido debilitada por la continua intransigencia de Castro.
El líder cubano prefiere sacrificar el bienestar económico
de su pueblo en vez de ceder a las demandas para que cambie
sus políticas. Ni incentivos económicos ni penalidades
han influenciado a Castro en el pasado. No es probable que lo
puedan influenciar en el futuro.
No todas las diferencias y problemas internacionales se pueden
resolver con negociaciones o se pueden resolver del todo. Hay
disputas que no son negociables y se pueden resolver solamente
con el uso de la fuerza o con mucha paciencia hasta que el liderazgo
intransigente desaparezca o las condiciones políticas
cambien.
Apoyar a regímenes que violan los derechos humanos y
abusan de su población no es una política aconsejable.
La realidad biológica nos indica que la época
de Castro está llegando a su fin. Fidel Castro tiene
setenta y cinco años y se está deteriorando físicamente.
Los EE.UU. deben mantener su política hacia Cuba y esperar
por un gobierno de sucesión menos intransigente y dispuesto
a negociar con los EE.UU.
Un cambio al embargo ahora condenará al pueblo cubano
a una dictadura más larga y a la perpetuación
de un sistema Marxista-Leninista que ya se ha visto fracasado.
Un cambio al embargo acarrea un peligro real: que los EE.UU.
puedan implementar políticas de concesiones que sean
irreversibles mientras Castro provea concesiones reversibles
a los EE.UU. que él pueda cambiar a su antojo.
Un cambio gradual al embargo garantizará la continuación
de las actuales estructuras políticas totalitarias y
evitará una transformación rápida de Cuba
hacia una sociedad libre y democrática.
El levantamiento de la prohibición de viajes, sin concesiones
significativas e irreversibles, podrán proveerle a los
hermanos Castro con gran cantidad de moneda extranjera. Representaría
uno de los primeros pasos en eliminar el embargo y prolongaría
el sufrimiento del pueblo cubano.
PREGUNTAS ESPECÍFICAS
¿Si los EE.UU. tienen relaciones con China, por
qué no con Cuba?
Las relaciones con China fueron impulsadas por intereses estratégicos
y económicos:
1)
para contrarrestar el creciente poder de la Unión Soviética;
2) para incrementar la influencia estadounidense en Asia;
3) para penetrar el mercado Chino de más de mil millones
de personas.
Cuba es un país pequeño, pobre, estratégicamente
y económicamente de poca importancia.
En Latinoamérica, los EE.UU. han promovido una política
de derechos humanos, de economías neo-liberales, y de
gobiernos civiles elegidos democráticamente. La política
de EE.UU. hacia Cuba debe seguir esas mismas pautas.
Los EE.UU. han intervenido militarmente en Granada, Panamá,
y Haití para restaurar la democracia en esos países.
En
Chile los EE.UU. establecieron un embargo militar en contra
de la dictadura de Pinochet. En otros países han apoyado
elecciones libres y transparentes. ¿Por qué la
política estadounidense hacia Cuba debe ser diferente?
¿No tienen derecho también los cubanos a una sociedad
libre?
Los Cubanos están sufriendo económicamente
por culpa del embargo estadounidense.
Cuba puede comprar cualquier producto, incluyendo comida y medicinas,
en cualquier país del mundo. Tiendas de dólares
en Cuba tienen numerosos productos estadounidenses, incluyendo
Coca-Cola, y otros símbolos del consumismo americano.
Dólares americanos pueden comprar casi cualquier producto
en Cuba.
En Cuba hay escasez de frutas, vegetales, papas, bananos, mangos,
boniatos, y otras comidas que han sido tradicionalmente producidas
localmente. ¿Qué tiene que ver esta escasez con
el embargo estadounidense?
La razón del sufrimiento económico del pueblo
de Cuba es el sistema Marxista. Al igual que en Europa Oriental
bajo el comunismo, el sistema comunista implantado por Castro
fracasó. El sistema en Cuba y la política del
régimen es la causa del sufrimiento económico
de los cubanos, no el embargo estadounidense.
El turismo, el comercio, la inversión van a acelerar
la caída del comunismo en Cuba como ocurrió en
la Unión Soviética.
No hay evidencia de que el turismo, el comercio, o la inversión
extranjera tuvo algo que ver con la caída del comunismo
en la Unión Soviética. El turismo en ese país
alcanzó su mayor auge en 1980, casi una década
antes de la caída del comunismo.
La caída del comunismo en la Unión Soviética
fue el resultado de un sistema que no funcionaba; la corrupción
e ineficiencia del partido Comunista; la bancarrota económica
de la Unión Soviética en parte debido a la competencia
militar con el occidente; una guerra poca popular en Afganistán;
y la política reformista de Mikhael Gorbachev la cual
aceleró el proceso de cambio.
La fuerza que ha impulsado recientemente el capitalismo en Rusia
y China no es la inversión extranjera si no una fuerte
economía de mercado, apoyada por el gobierno y dominada
por millones de pequeños empresarios. El gobierno de
Castro no está interesado en liberalizar la economía.
Cuba puede ser una bonanza económica para las
compañías estadounidenses.
La posibilidad de que Cuba, compre grandes cantidades de productos
estadounidenses sigue siendo limitada. Los productos cubanos
de exportación, i.e. azúcar, tabaco, níquel,
cítricos, no son ni económicamente, ni estratégicamente
importantes para los EE.UU. y por lo tanto de poco interés.
Terminar con el embargo impactaría negativamente a las
economías del Caribe y de Centro América ya que
los EE.UU. tendría que reasignar alguna porción
de la cuota azucarera de estos países para acomodar a
Cuba.
El impacto de turistas norteamericanos yendo a Cuba sería
dañino para la industria turística y las economías
de los países caribeños y centroamericanos, los
cuales se encuentran en estos momentos en grandes dificultades
económicas.
Cuba, uno de los países con alto riesgo para inversión
extranjera, se encuentra muy por detrás de China y Vietnam
en crear condiciones necesarias para el desarrollo económico
y para una participación corporativa exitosa. Las inversiones
extranjeras en Cuba son pequeñas y están limitadas
a los sectores "dólares" de la economía,
como el turismo y la minería. En una Cuba libre, las
compañías estadounidenses de nuevo ganarán
rápidamente el rol prominente que mantenían en
la Cuba anterior a Castro.
Terminar con el embargo, mejoraría las relaciones
EE.UU.- Latinoamérica.
Cuba no es un tema de prioridad en las relaciones EE.UU.- Latinoamérica.
La agenda EE.UU.-Latinoamérica incluye como temas principales:
el comercio, la inversión, la transferencia de tecnología,
la emigración, las drogas, el medio ambiente, y los derechos
de propiedad intelectual. Cuba no es una prioridad en esta agenda.
Aunque muchos países Latinoamericanos se oponen públicamente
al embargo, privadamente estos están preocupados
de que Cuba vaya a desviar inversiones de sus países
hacia la isla, y particularmente que el turismo se concentre
en Cuba, lo cual perjudicaría las economías del
Caribe y México.
El embargo ha fracasado en su habilidad a derrocar a
Castro. ¿Porqué no terminarlo ahora?
El embargo nunca fue establecido con el propósito de
derrocar al gobierno de Castro. El embargo se estableció
para castigar al gobierno castrista por las confiscaciones de
propiedades americanas y para presionarlo a que no se aliara
al mundo comunista. El embargo se ha mantenido para mostrar
que el sistema Marxista-Leninista que fue impuesto en Cuba no
funciona como sistema económico o político y para
usarlo como política para presionar para que se respeten
los derechos humanos, y se hagan concesiones económicas
y políticas por el actual o por un futuro gobierno cubano.
Aunque no todos los embargos han funcionado, el embargo impuesto
al régimen de apartheid de Sudáfrica y el embargo
militar a la dictadura de Pinochet en Chile si funcionaron y
forzaron cambios políticos en los dos países.
Las sanciones de India contra el Nepal en 1989 contribuyeron
a acelerar las reformas políticas en ese país.
Si se terminara el embargo sin haber reformas internas, el gobierno
castrista y los militares, no el pueblo cubano, serian los mayores
beneficiarios. Aunque algunas mejorías le pudieran llegar
poco a poco al pueblo cubano, las empresas estatales, muchas
actualmente bajo el control militar, serian las más beneficiadas.
El régimen de Castro utilizará la riqueza producida
por el turismo y las inversiones norteamericanas para reforzar
su dominio sobre el pueblo cubano, para reconstruir su sistema
militar, y para reforzar de nuevo su apoyo a grupo terroristas
y anti-Americanos en Latinoamérica y en otros países.
Comerciar e invertir son derechos no obligaciones de ningún
país.
Los EE.UU. pueden comerciar con quienes ellos quieran. En el
momento en que en Cuba se respeten los derechos humanos, se
liberen los presos políticos, se tengan elecciones libres
y supervisadas internacionalmente, el embargo debe ser terminado.
Terminarlo ahora sería proveerle a Castro un regalo que
no se merece. |