Por
Claudia Fanelli
No soy Cubana. No intento ni pretendo serlo. Soy italiana-americana,
nieta de inmigrantes económicos. no políticos.
Como
resultado de mi experiencia, el concepto de inmigración
política era desconocido para mi, hasta que conocí
en el College a varios profesores de español cubanos,
veinte años atrás.
Aún así, conociéndolos bien, nunca compartí
con ellos sus odiseas; yo sólo poseía un conocimiento
marginal de la historia de Cuba. Se puede decir que si yo no
lo había oído de parte de "Tony Montana"
("Scarface") no sabía más nada de ese
tópico.
Mi
ignorancia nunca fue cuestionada -ya que vivía en Pennsylvania-
donde la población cubana era escasa. Sin embargo, ahora
que la historia de Cuba y su literatura son parte del currículo
de español en el High School donde doy clases, me sentí
obligada a aprender más de lo que los libros de texto
me habían enseñado.
Libros, la internet, documentales y conversaciones con cubanos
me han ayudado a comprender lo que aparenta ser un insuperable
concepto para
el norteamericano promedio: la presente situación en
Cuba.
Otros
maestros me hacen preguntas sobre Cuba -y aunque no soy ni remotamente
una autoridad-- hago lo posible por buscar una respuesta si
es que no tengo una.
Sencillamente, mis colegas no tienen la menor idea de lo que
está pasando en Cuba y, hasta que no comencé a
informarlos, no les interesaba.
Quizás
les gusta el hecho que me mantengo al tanto de lo que está
pasando y así ellos no tienen que hacerlo. En definitiva,
Cuba es apenas una señal imperceptible en el radar de
la mayoría de los americanos.
Yo
siempre me esfuerzo en informar a los curiosos sobre el sufrimiento
y las violaciones de los derechos humanos que existen en Cuba
como resultado de ese grillete asfixiante sobre el país
y sus gentes que ha existido por 50 años.
Divulgo
mis fuentes de información cuando lo necesito y uso estadísticas
cuando soy retada por un fanático de Fidel. Cuando me
presentan propaganda lanzada por Hollywood -repetida como pericos
por aquellos que se la tragan- les respondo con un barraje de
contradicciones y una lista interminable de violaciones de derechos
humanos, que aquellos que no viven en Miami no conocen, o eligen
no reconocer.
Cada
vez con más frecuencia, alguien me pregunta, "¿por
qué te importa tanto Cuba? Ni siquiera hay cubanos por
aquí." Yo no tengo agenda. No tengo cubanos en mi
familia y mi amiga exilada más cercana murió este
verano pasado, llevándose con ella relatos de lo que
sufrió en Cuba, que nunca quiso compartir.
Soy
solo una norteamericana que desea ver la libertad para un país
que los americanos visitan clandestinamente sin importarles
lo que allí pasa diariamente.
Ahora
bien, es verdad que donde vivo no se ven cubanos muy a menudo,
pero sin embargo, a solo una hora de camino esta Unión
City, New Jersey , donde una inmensa cantidad de cubanos viven,
al igual que en New York a tan solo unos minutos de allí..
Es difícil mantener una postura imparcial una vez que
nos damos cuenta que gentes que dejaron todas sus pertenencias
atrás -que se arriesgaron a ser encarcelados o muertos,
o que hicieron el supremo sacrificio de enviar a sus hijos solos
(14,000 exactamente) a otro país para que escaparan de
ese infierno- viven a solo 60 millas de aquí.
Sería
fácil para mi pensar que no
es necesario justificar el por qué Cuba "me importa".
Porque
me debe importar un país con tanta proximidad al mío
que sus gentes tratan de nadar para llegar a él, cuando
sus improvisadas balsas se hacen pedazos en el mar. Por que
me debe importar un país donde sus ciudadanos no tienen
la simple libertad de usar los mismos hoteles y restaurantes
que los turistas...A tan solo unas 90 millas de aquí,
¿cómo puedo decir que no me importa?
Enfrascarse
en una discusión de, "¿por qué te
importa?" significa el mantener una actitud de calma, ya
que debo esclarecer los puntos racionalmente, dejando a un lado
del argumento mis emociones para no perder el control. El problema
es que ahora me siento envuelta emocionalmente en este asunto:
estoy disgustada, furiosa y enferma de ver lo que ahora sucede
en la isla.
Esto
hace más difícil mantenerse calmada delante de
personas que piensan que el comunismo es un buen sistema o que
Fidel Castro es "malentendido". Pero quizás
la conversación más frustrante es aquella con
los que son apáticos. "Ellos no son nuestras gentes",
me han comentado. "¿No son nuestras gentes?,"
les contesto. "¿Y los etíopes, eran acaso
nuestras gentes?, les pregunto.
Los
americanos grabamos música y organizamos un concierto
en vivo para ayudar a los pobres y los oprimidos de allí.
¿Eran
los ciudadanos de Bosnia nuestras gentes"? Los americanos
luchamos junto a ellos contra la "depuración étnica"
y no hubo apenas protesta que ellos no eran nuestras gentes.
"¿Eran las víctimas del tsunami en Tailandia
nuestras gentes?" Los americanos donamos dinero de nuestro
propio bolsillo para ayudarlos. ¿Desde cuándo
otros tienen que ser nuestras gentes para que nos importen como
seres humanos?
Y
cuando digo "importen" no quiero decir que hay que
salir a la calle a quemar un muñeco de trapo de Castro
o a protestar contra su gobierno. No espero eso. Lo que quiero
decir es "no ser apáticos". ¿Por qué
el importarnos el sufrimiento de gentes en una dictadura brutal
y opresiva tan cerca de los EUA, tiene que ser diferente a nuestra
preocupación por Darfur, Tailandia, Indonesia o cualquier
otro lugar?
Es
más, nos debería preocupar más, por el
hecho de la enorme población de cubanos viviendo aquí
en nuestro suelo, que es ahora su suelo. Quizás ahí
estribe el problema.
Los
americanos ven como los cubanos han prosperado aquí (más
de 125,000 cubano-americanos tienen negocios propios en los
EU) y cuanto ellos han contribuido a la sociedad y
la economía (más de 26 billones anuales).y
como se han levantado aún cuando sólo contaban
con una muda de ropa al llegar al exilio.
Quizás
asumen que ya ellos estaban listos para continuar desde que
llegaron, de manera que la vida en Cuba no puede ser tan mala;
realmente los cubanos no sufren.
"Castro no es tan malo, él ganó un
premio por los Derechos Humanos. Eso quiere decir algo,"
- me resaltan algunas personas mal informadas. Y les pregunto,
un poco molesta, ¿Saben ustedes quién
le otorgó ese premio?" "Moammar
Gadhafi, .el de Libia" Y luego de un Ho! de sorpresa,
la conversación termina.
Claro está, nadie va a defender a Gadhafi.
Oyendo
estos comentarios, no es de extrañar que las gentes no
les importe Cuba -si Castro posee un premio por los Derechos
Humanos-- ¡todo tiene que estar en orden! No existe un
premio más inmerecido. El dictador totalitario tiene
una larga lista de violaciones contra los derechos humanos y
civiles.
No
sé los demás, pero cuando escuché que el
gobierno cubano tiene implantado el Decreto 988
- que estipula que "las ejecuciones pueden ser
consumadas en menos de 48 horas, sin un juicio"
me rasqué la cabeza y pensé "¿donde
está la opinión internacional?" "¿Muerte
sin juicio?"
En
Philadelphia, el convicto Mumia Abdul Jamal tuvo un juicio por
matar un policía y fue sentenciado a muerte. La izquierda
liberal de Hollywood se movilizó para demorar su sentencia
por medios legales y aún sigue vivo, 24 años después.
¿Pero ser sentenciado a muerte en dos días
sin un juicio ni protestas externas...?
Hollywood
tiene el "púlpito" más grande del mundo
y sin embargo nadie dice una palabra sobre Cuba - mientras su
élite continúa visitándola y alabándola
como si fuera un paraíso en la tierra. ¿Cómo
es posible comprender eso?
La
Fundación Nacional Cubano-Americana declaró que
en 1992 había 266,000 hombres, mujeres y niños
en 241 prisiones y campos de concentración; y había
54,000 cubanos muertos por razones políticas (incluyendo
12,486 por fusilamientos).
Hay
que tener en cuenta que estas estadísticas son de hace
15 años atrás. Tiemblo de pensar cuales serían
las cifras ahora. ¿No debe molestarme esto? ¿Por
qué debe importarme que "sólo" 52,000
balseros trataran de escapar de Cuba y que nada más 17,000
lo lograran? (Me pregunto, ¿qué pasó con
los otros 35,000?)
¿Dónde
están Susan Sarandon y Ed Asner? ¿Alguien
le ha hablado de estas cifras a Oliver Stone? ¿Está
Hollywood tan enamorado de Castro que pueda ignorar sus terribles
crímenes contra la humanidad?
Castro
ha matado miles y miles de individuos que se han atrevido a
discrepar de la línea de su gobierno comunista.
¿Y
Hollywood abraza a este hombre? ¿Soy yo la única
persona no cubana a quien le importa todo esto? ¿Tengo
que ser cubana para que me importe? ¿O es la mentalidad
de la mayoría de los americanos tan provinciana que lo
que sucede fuera de sus propias ciudades no tiene importancia
a menos que un "bocón" de Hollywood lo diga?
Yo
pienso que esa noción romántica de Hollywood acerca
de la revolución y su líder ha contribuido a la
apatía de los americanos hacia su vecino del Caribe.
Después de todo, fue Hollywood, no Cuba quien produjo
tales films como Havana, Motorcycle Diaries, Comandante
y el Che.
Si
la apática población de los EU piensa de esa manera,
porque los cubanos de aquí son exitosos -o porque están
celosos de ellos y no quieren prestarle a los problemas de Cuba
la menor atención.
Quizás
les sea útil consultar la data del Censo de EU que muestra
que en los primeros 15 años bajo el régimen de
Castro, más de 640,000 cubanos huyeron de la isla. El
total en más de cuarenta años de dictadura ha
sobrepasado 1.5 millones de exilados.
No
todos eran individuos con fluencia económica, como los
que salieron al principio de Castro llegar al poder. Un gran
por ciento eran gentes para las cuales Castro había creado
su "Revolución", el hombre trabajador, los
pobres, los oprimidos.
Si todos ellos se sintieran satisfechos con los resultados,
¿por qué el éxodo en masa?
En
1994, cuando Castro anunció que todo el que quisiera
irse podría hacerlo, en pocos dias 35,000 cubanos se
lanzaron al mar en balsas para tratar de llegar a los EU. Estas
eran balsas improvisadas, las cuales abordaban esos cubanos
arriesgando sus vidas, solo por lograr la libertad.
Estas eran gentes comunes, desesperadas por escapar de los fusilamientos,
las tarjetas de racionamiento, la supresión de la libre
expresión y el freno a la religión.
Estas
son gentes que, cuando les dieron a elegir entre las dos opciones
"Socialismo o Muerte", eligieron muerte.
Muerte
ahogados, muerte por tiburones, muerte por sed, muerte por insolación.
Si, Cuba debe ser verdaderamente un paraíso cuando consideramos
esas dos "mandatorias" opciones.
¿Y
aún es necesario preguntar, por qué me importa
Cuba?
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