CUIDADO
CUBANOS: UN ESPAÑOL DE APELLIDO MENOYO ANDA SUELTO!
Por
Carlos Wotzkow
Jamás en la historia del castrismo en Cuba algo
ha ocurrido de forma tan absurda como inadvertida. Desde
que Fidel Castro dijera frente a las cámaras y
a la prensa que Eloy Gutiérrez-Menoyo era un terrorista
que trabajaba para la CIA, a pocos en el exilio se le
ocurrió pensar que este liberto pudiera haber sido
reciclado y trabajara desde entonces para la seguridad
cubana.
Este
español, al que algunos iluminados en la prensa
londinense han querido llamar el futuro presidente de
Cuba, no sólo quiere fijar su domicilio en la isla,
sino abrir en ella una oficina que le permita creer a
los cubanos que se trata de un hombre trabajador (lo que
no ha hecho nunca en su complicada vida), o alguien que,
a la edad de retirarse, quiere por fin empezar a trabajar.
Richard
Nuccio, asesor del presidente Bill Clinton, "aplaudía
el coraje de Eloy" creyendo que la visita del liberto
a su antiguo mayoral generaría una base en tierras
cubanas para la oposición. Así mismo, la
postura moral asumida por el exilio de no dialogar con
un asesino, era calificada por la administración
demócrata norteamericana como "retórica
de tensión y confrontación", pero sólo
porque no haber querido traicionar la memoria de las 87000
víctimas del castrismo.
De
confesión antimperialista, de verborrea antirepublicana,
"incapaz de encontrar culpables", astutamente
ambiguo, fiel defensor de la salvación de la revolución
(como si a esta no hiciera falta demolerla completamente
para empezar de cero sin su congénita corrupción),
la tarea de Eloy Gutiérrez-Menoyo ha sido, desde
que fundó Cambio Cubano en enero de 1993, la de
dilatar la democracia en Cuba. Especialista en repetir
hasta la saciedad frases ajenas fuera de contexto, el
discurso de este español no hace más que
producir la náusea de tanto abusar con las ideas
de José Martí, y de tanto repetir que él
es una víctima de doctrina tolerante.
Quien
dijera en 1990 que "la convención de Ginebra
dice que el prisionero no puede ser utilizado como mano
de obra esclava" (demostrando así su deseo
de no trabajar ni siquiera a la fuerza), en 1995 aseguraba
(pese a la esclavitud extra-territorial que sufre el cubano
con el acuerdo tácito entre Castro y los inversionistas)
que en Cuba avanzaban y mejoraban los cambios económicos."
Gutierrez-Menoyo
llama "política de buenos oficios a las ventajosas
ganancias que España, Méjico, Francia y
otros países" sacan hoy en Cuba. Pero enérgicamente
pide a Bill Clinton que "levante o disminuya el embargo
contra Cuba" sin que yo pueda llegar a saber ¿de
qué embargo está hablando? ¿O es
que acaso no ha notado este súbdito español
que el embargo no existe más que en la cabeza de
los hermanos Castro, su ministro ayudante Matutes, y un
liberto de apellido Menoyo? ¿Qué cubano
que disfrute de sus facultades mentales en un razonable
orden podría creer que existe embargo norteamericano
contra Cuba durante la administración Clinton?
Ladronzuelo
desde que robaba carbón con una navaja en España,
Eloy Gutiérrez-Menoyo parece querer ser, cuanto
antes, el presidente de Cuba. Tal vez porque allí
nunca hay frío, o quizás, porque a su edad
los huesos no le soportarían ponerse a trabajar
y a producir carbón. Vago de profesión,
todo lo relacionado a la economía y a las formas
productivas de hacer dinero de manera honesta le molesta.
El 27 de septiembre de 1995, apenas un mes después
de su discurso en la Universidad de Madrid, este "chaval"
ha puesto a los latinos por el cielo porque ellos tenían
en los Estados Unidos el poder adquisitivo de 458 billones
de dólares al año. El latino tiene, luego,
el latino vale.
Sin
embargo, en Agosto (un mes antes) había dicho que
uno de los males de los cubanos en Cuba y en el exilio
era el de querer tener dinero. ¡Como cambia tu discurso
canosito! Pero no importa... tomemos nota. Viviendo en
Estados Unidos, Gutiérrez-Meoyo se considera un
"cubano de paso" muy diferente de aquellos "afincados
social, económica, cultural y psicológicamente."
Pero atención, porque es en ese mismo discurso
donde ha dicho: "los cubanos pudieran o no desear
regresar a la isla de donde vinieron" (fíjense
que no dijo "a la isla en la que nacieron")
de forma tal de no excluirse y quedarse sin al menos ese
derecho.
"¿Cómo
podría invocar y convocar a la paz alguien con
mis credenciales?" Ha preguntado este arrogante orador
frente al público de adolescentes norteamericanos.
"¿Cómo podía Gutiérrez-Menoyo
-un hombre de guerra- comportarse como alguien que "claudicaba",
por lo menos en apariencia?" Pues muy fácil,
intentando solamente ser sincero en apariencia. Además,
echando un rápido vistazo a su depauperado aspecto
físico y a su notoria vejez, encontraríamos
ahora otra respuesta. Como buen español, Gutiérrez-Menoyo
es, además de un "nacionalista" declarado,
un oportunista político que ya está contra
reloj.
La
Cuba que visitó en junio de 1995 seguía
siendo castrista, pero ahora, era más española
que cubana. Menos comunista, pero entonces, ya era hora
"de poner fin a la intervención de los Estados
Unidos en Cuba" (¿seguiría preso este
loco iluminado?), "de poner fin al tutelaje de Estados
Unidos sobre Cuba" (¿desde cuándo no
leería la prensa este gallego enajenado?), "de
poner fin a la arrogancia que engendró en el siglo
XIX una especie de designio histórico de Estados
Unidos sobre la isla de Cuba." Pero Gutiérrez-Menoyo,
¿de qué cajón de los recuerdos te
sacó Fraga? O mejor dicho, ¿en que escuela
de la amnesia te graduó Fidel? ¿Ignoras
que en Cuba hubo antes una infamia española que
duró 400 años y donde se mantuvo a los cubanos
sufriendo la peor de todas las crueldades? ¿Te
alcanzarán las neuronas para saber qué fue
la esclavitud?
No
lo sé. Pues para Eloy Gutiérrez-Menoyo en
Cuba no hay un gobierno autoritario, sino una "sociedad
autoritaria". Cambio Cubano le dijo a los cubanos
en la isla que "ellos eran opositores del gobierno
cubano", pero a Fidel Castro le dijo en Junio que
sólo quería, además de la cacareada
oficinita, tener una casita en un barrio de La Habana.
¿En dónde se la hacemos Comandante Menoyo,
en el centro del ilustre Miramar? Sabe Gutiérrez-Menoyo,
por sus 22 años en la cárcel, que "la
mejor guerra es la que se evita." Pero claro Menoyito,
y si esos 22 añitos guardado no fueron suficientes
para enseñarte a hacer esa sencilla reflexión,
¿adónde te mandamos ahora cuando ya estás
en tiempo de descuento?
Según
este amigo entrañable de Fraga, las penurias que
hay en Cuba no son razones que justifiquen una insurrección.
En realidad, según ha dicho el diablo, son las
presiones3f que la Ley Helms-Burton ejerce contra nuestro
pueblo lo que pudiera estimularlo a rebelarse. ¿Habrá
olvidado Gutiérrez-Menoyo que el hambre que se
sufre en Cuba no la padecen ni Fidel Castro ni sus libertos
invitados? ¿No se aloja y cena él en los
mejores hoteles de lujo de La Habana? ¿Le alcanzarán
los neurotransmisores a este prisionero-de-sus-propias-mentiras
para entender que la sociedad cubana no es autoritaria
sino un pueblo aterrorizado por el autoritarismo de un
compatriota suyo de origen español? No, lo único
que Menoyo entiende es que el niño cubano pudiera
verse obligado a robar carbón, pero... de qué
madera y con qué bosque si hasta con ellos han
acabado.
Después
que Eloy Gutiérrez-Menoyo regresara de su tercer
viaje a La Habana (en la que aún seguían
sin asignarle un domicilio) tal parece que el trabajo
de lleva y trae lo convirtió en el recadero menos
barrigón de su propio grupo. Entonces, publicó
un texto en el que metía miedo. "Prepárese
la Florida" ...-si mi jefe inmediato se encabrona,-
pensaba yo. Después de haberle hecho decir tantas
barbaridades el año pasado en Yale, Cuba era en
la primavera del 96, por culpa de los Hermanos al Rescate,
un "estado en tensión" al que 4 pilotos
habían puesto nervioso y a los que "había
que censurar su provocación." Imperdonable.
Disgustado
de Concilio Cubano (la oposición interna) y peleado
con el exilio cubano (la oposición externa) Gutiérrez-Menoyo
confía todavía triunfar con su mensaje castrista
de que la Ley Helms-Burton era una "incitación
a la lucha armada contra el pueblo de Cuba." Bochornoso,
porque quien afirmaba esto iba a Cuba cargado de dólares
a trasnochar en los mejores hoteles y sin que le sucediera
nada en los Estados Unidos por violar el punto II de la
ley de Torricelli. Y además en Cuba, donde disfrutaba
"con entera libertad de movimiento" (¿suprimieron
a los órganos de la seguridad del estado, o él
es parte de ellos?), hasta aterrizar de regreso en los
Estados Unidos donde es más fácil hacerse
famoso gracias a la libertad de prensa.
Tanta
megalomanía afecta a Gutiérrez-Menoyo que
incluso no acaba de entender por qué Fidel Castro
en persona no lo recibió al pie de la escalerilla
del avión y como visita oficial. De tantos derechos
se siente merecedor este español en Cuba que todavía
sigue preguntándose por qué no se le abre
allí una oficina y se le deja fijar su domicilio.
Pues porque apenas eres un peluche para Fidel Castro,
y eso, mi estimado monigote, no quiere decir que necesariamente
seas su mascota preferida. Y hay que llamar peluche a
Menoyo, en virtud de tus brillantes canas, así
como por sus constantes (no brillantes) contradicciones.
En su artículo "El diablo retorna de La Habana"
escribió en el párrafo 9 "me moví
por la isla sin impedimentos de tipo alguno", mientras
en el párrafo 10 se preguntaba, a modo de opositor
perseguido ¿por qué se palpan en la isla
las tensiones producto del acoso?
A
otro podrás tu engañar tu, pero a mí,
que viví 31 años deambulando dentro del
monstruo (y no encerrado en una sola de las celdas que
posee en sus entrañas) no lo harás. Para
mí eres, a consciencia o no, una marioneta de ese
monstruo. Además a ti, son sólo algunas
circunstancias las que te hacen hablar de forma clara
y respetuosa4d, pero cuando esa conversación no
es con Castro o en La Habana, al resto, si pudieras, lo
engañabas. Yo, que si nací en Cuba y que
ya voy aprendiendo como son muchos españoles, le
diría a todos los cubanos (a esos a los que tu
un día quisieras gobernar), que sean desconfiados,
que jamás te crean, porque con 40 años de
dictadura y despotismo ya resulta más que suficiente.
A
un irrespetuoso con los cubanos llamado Fraga Iribarne
le ha dicho que "11 millones de cubanos repudian
el bloqueo", lo que en realidad es una reverenda
idiotez matemáticamente imposible de afirmar. Sin
embargo, a él no le has mencionado que hay 13 millones
de cubanos (¿o es que acaso los del exilio no contamos?)
que detestan a Fidel Castro y a esos españoles
que con él acaban con la isla. Sabe Menoyo que
reclamar cambios a un gobierno como el de Fidel Castro
es algo posible para gente que tenga un verdadero pasaporte,
o sólo a quien le importe un pito no lograrlo.
Por ello, a su paso por su patria a pedido de forma camuflada:
Primero:
que sea España la única nación capaz
de intervenir en Cuba a favor de Cambio Cubano, los moderados.
Segundo:
que España haga entender a los obtusos norteamericanos
de Washington que sólo él. Eloy Gutiérrez-Menoyo,
al frente de "Cambio Cubano", podría
evitar una confrontación.
¡Ay,
ay, ay, ay, que viene el Coco! ¡Como me asustas
galleguito!
Si
a Gutiérrez-Menoyo no se le puede achacar ser un
instrumento de los Estados Unidos, de lo que no me quedan
dudas es que si lo es de España. Para demostrar
su antimperialismo de 1898, Menoyo, con toda la arrogancia
del español que no quiere dejar de gobernar en
Cuba, ha dicho: "He pedido a Washington que saque
la mano de nuestros asuntos. ¡Ya es hora!5b Pero
claro, no se refería Menoyo a nuestros asuntos,
los de los cubanos, sino al parecer, nada más que
a los suyos, los de los españoles.
Quien
no ha disparado un chicharo en toda su vida, quien lleva
ya más de 10 años charlataneando de una
conferencia a otra, quien en Cuba no hizo otra cosa que
reposar sin trabajar en una celda, dice públicamente
a los cubanos que "todos saben que él preferiría
el hacer sobre el decir." Ese español que
copia malamente las ideas deslumbrantes de José
Martí, dijo en noviembre de 1995 que confiaba en
Castro, pero 2 años después, le pedía
a Fraga una intervención para que el dictador cubano
continuara el diálogo con él.
Optimista
respecto al internacionalismo proletario6c, este comandante
de la revolución castrista y actual residente en
los Estados Unidos, declara en La Habana (como siempre
en el lugar y ante el público oportuno) su odio
contra los Estados Unidos. Como en todos sus discursos,
la policromía de Gurtiérrez-Menoyo no tiene
límite. Cambia de color y aplica el respeto (como
ya lo dijo) según el momento y las circunstancias
así se lo demanden. La rocambolesca prosa de este
español lo hace decir que él es cubano y
que desembarcó en Cuba sin ser "mano de obra
de la CIA", aunque sí "con un uniforme
militar."
Cierto
o no, lo evidente está hoy ante nuestros ojos.
Eloy Gutiérrez-Menoyo es un asexuado político
y no dudará un instante en traicionar una y otra
vez cada uno de los variados uniformes que se ha puesto.
Ya traicionó el uniforme del Segundo Frente, ya
abandonó al calzoncillo de Plantado, ya no recuerda
que existan en Cuba muchos presos políticos, y
pronto olvidará el traje de exiliado. Hombre de
izquierdas en La Habana, Gutiérrez-Menoyo nos induce
a pensar en la Cuba del futuro con una especie de comunismo
sin Fidel, y... ¿con una prostitución generalizada
en la cual sólo los españoles sean quien
nos den por culo? En su discurso en La Habana, Eloy Gutiérrez
Menoyo llamó al gobierno de Castro un "sinónimo
de divinidad" en el que debía "avanzarse
hacia cambios más profundos", como si ya hubiese
habido alguno.
En
La Habana, Menoyo ha pedido "reconocer a los ciudadanos
su libertad de palabra y prensa" sustituyendo de
la Carta Magna la frase "conforme a los fines de
la sociedad socialista". Sí, ha pedido eso,
pero solamente para sustituir la condicionante por otra
que diga "que no sean o provengan de elementos desestabilizadores".
Esto, tan excluyente como lo anterior es el modelo democrático
que Eloy Gutiérrez-Menoyo sueña para Cuba.
Una isla a la cual él no pertenece y en la que,
con la ayuda de Dios, jamás gobernará.
Molesto
de que existan "monitores de los derechos humanos
al servicio de los estadounidenses y algunas agrupaciones
extranjeristas," el deseo mandar lleva en muchas
ocasiones a este anciano a delirar. Una oficina pequeña
y un gigantesco caserón es lo único que
pide en La Habana para escuchar las denuncias del cubano.
Una oficina para silenciar dentro de ella el abuso, y
una mesa con gavetas donde encerrar con llave las más
tétricas denuncias. Menoyo sólo quiere que
Castro libere a los pocos presos que afirma tener, porque
al hacerlo, "ya demostraría su buena voluntad."
Menoyo está exigiendo valientemente a Castro muchas
cosas:
(1)
quiere que le bajen el precio de la visa para entrar (ello
le permitiría viajar más a la colonia),
(2) quiere que por fin apruebe otorgarle una casita,
(3) sigue insistiendo en que jamás olvidará
su oficinita y,
(4) quiere que lo incluyan en la próxima "Asamblea
Constituyente."
Eloy
Gutiérrez-Menoyo le ha dicho a Fidel Castro: "no
es hora de evolución, es hora de revolución."
O lo que es lo mismo, que no es necesario hacer cambios
sino repetir otra vez la revolución en la que él
estaría ahora dispuesto a participar y obedecer.
El español Gutiérrez-Menoyo, "cultiva
una rosa blanca" para hacer con ella un montón
de demagogia. Sin embargo, olvidó darle una de
esas rosas a las adolescentes que en La Habana pierden
su virginidad en una asquerosa cama alquilada por los
sudorosos turistas de habla hispana. "Cultiva una
rosa blanca" y copia poesía, pero sin tocar
la tierra con sus manos. Dando fin al discurso más
ridículo del siglo6, Gutiérrez-Menoyo lo
ha hecho abusando con los versos de Martí.
"Quienes
todavía hablan de guerra ya están barrigones."
Pero yo, que nunca he mencionado esa palabra digo: "quienes
todavía aspiran a disfrutar de una mansión
en Miramar llevan cursis y blancas melenitas por las calles
de La Habana." ¿Qué podemos esperar
de un liberto que dice que el pan con terror impuesto
a los cubanos fue una consecuencia ajena al deseo de Fidel
Castro? Desde que Cambio Cubano aparece en internet, no
sé que he leído más, si la biografía
adjunta que Menoyo inserta por la fuerza en cada texto
(hombre de acción, guerrillero, preso durante 22
años, bla, bla, bla.), o sobre el fantasma de una
organización de la cual se conoce sólo a
uno de sus miembros. Da pánico leer que pueda existir
un tarado inglés que crea que semejante mentiroso
pueda algún día gobernar en Cuba. O no queda
entonces ni un cubano vivo con ideas democráticas,
o sencillamente nuestra isla es de hecho otra colonia
de la mala España. Unicamente así, pudiera
entonces mandar en Cuba un gobernador general, súbdito
de su corona y apellidado Menoyo.
Cansado,
viejito y con dolores de cintura, este español
sigue suplicándole a Fidel Castro su casita de
La Habana. Pero desde los Estados Unidos le advierte,
abogando por él mismo, que si la guerra llega se
esfumaran sus compatriotas inversores. En vez de afirmar
que el gordo de 200 libras que se come la comida de todos
los cubanos es Fidel, Gutiérrez-Menoyo lo achaca
a los norteamericanos. Nadie como Menoyo caga tan seguido
en el plato en el que come. Y...!colmo de colmos! Para
él, no es Fidel al que habría que cambiar,
sino al gobierno de los Estados Unidos.
Dedicar
tiempo a escribir sobre Eloy Gutiérrez-Menoyo requiere
mucho aguante. Hay que tener una resistencia enorme para
leer tanta cosa mala en tan pobre idea generada. Para
leer, por ejemplo, que "los esfuerzos de la revolución
fueron válidos y bien intensionados," que
la independencia de Cuba, no es más que la exclusión
de los Estados Unidos de todos los asuntos de Cuba. Mientras
que la dependencia económica de España,
o el abuso de los inversores que explotan la mano de obra
barata cubana, en nada afecta a la soberanía del
país. La riqueza hay que limitarla, pero... ¿para
qué? Pues para igualar sin ella la pobreza (¿no
les recuerda esto algo?). Para Eloy Gutiérrez-Menoyo
Cuba no invadió ningún país y la
revolución (tal y como utilizamos todos los cubanos
ese término) no es sinónimo de dictadura,
ni de falta de libertades.
Leer
a Menoyo y tener que sufrir tanto de principio a fin (y
en cada uno de sus malos textos) el que sigan sin abrirle
en Cuba una oficina, es para llorar. Resulta, se lo digo
con el corazón, cuando menos bochornoso. Igual
ocurre con la cantaleta contra la ley Helms-Burton, que
más bien parece ser el precio a pagar para entrar
en Cuba, o una especie de tributo reiterativo2-8 previo
a la obtención de cada visa. Hasta aquí,
pasable, pero lo que si nos demuestra que este cid campeador
está fuera de sus cabales, es cuando afirma, con
el mejor estilo quijotesco que: "no nos vamos a quedar
a dormir en la oficina sino que saldremos a nuestras casas."
¡Acabáramos Menoyo!, ni que Fidel te vaya
a dar alguna sin aparecer tu nombre en su nómina
de esclavos preferidos.
La
frase popular de que en Cuba no se violan los derechos
humanos porque no existen, Menoyo se la ha adjudicado
en la entrevista que concedió a Miguel Castillo
como si se tratara de un destello de su inteligencia.
Sin embargo, esta libertad de robar las elocuencias debería
permitirme ubicarlo con una reflexión. Nadie puede
decir, ni en Cuba ni en el exilio, que Eloy Gutiérrez-Menoyo
sea un traidor, porque este individuo, y con la excepción
del amor por el poder, nunca ha sido leal a nada. Su discurso
pacifista (¿estará ya intentando obtener
la presidencia de Greenpeace?) me parece muy fácil
de entender. El contubernio que este español tiene
con el gobierno de Fidel Castro a quien está cambiando
es a Cambio Cubano. Embajador de la paz en tiempos de
paz, a Menoyo le pega el comentario hecho para su compatriota
Rodrigo Rato: "ministro de las flores en estación
de primavera."
¡Y
que todavía no le resulte una delicia jugar a representar
al cuerdo! ¿Es que acaso no te parece estupenda
la vida Gutiérrez-Menoyo? Ahora que tú y
Fidel Castro ya están viejitos y completamente
seniles, a nadie se le ocurre decir que "vuestras"
chochadas sobre Cuba sean cosas de adultos locos. La decrepitud
y el retorno a la babosa infancia los perdonan. ¿No
es magnífico que ustedes puedan usar y abusar de
los cubanos como si estos fuesen sus propios nietos malcriados?
No es espléndido tiranizar (como si fueran un par
de sádicas niñeras) a quien no lleva ni
una gota de su sangre? ¿No les resulta una maravilla
que ustedes puedan planear dejar a Cuba patas arriba como
si se tratara de desordenar por una tarde la casa de sus
yernos?
Pero
que conste, esto no es un ataque personal. No me mueve
ningún rencor hacia Menoyo, porque no le envidio
nada. Como que he trabajado, sé lo grato que es
triunfar con el fruto del trabajo propio. Como no aspiro
llegar a presidente, no necesito que alguien vote. Lo
que ocurre es que a veces se hace necesario hacerle saber
a algunos oradores que no todos envejecemos siendo imbéciles.
El que escribe esto no desea nada malo para nadie y por
ello no dice: ¡Menoyo, vete a la cárcel y
no vuelvas a salir jamás! No, para los parásitos
políticos como él es mejor recordar a Huxley
y no perder más tiempo del estricto necesario.
A fin de cuentas, "La vida es demasiado corta para
dedicarse a matar a los muertos más de una vez."
Regresa Gutiérrez Menoyo
Yvonne M. Conde
La investigación periodística básica
es seguir la pista del dinero. ¿De que vivía
en Miami Eloy Gutiérrez-Menoyo, antes de regresar
a Cuba, ya que nunca se le conoció trabajo alguno?
Menoyo, quien tiene tres hijos pequeños, ha vivido
muy adecuadamente en buena casa, según él,
gracias a la generosidad de su hija mayor Patricia y los
miembros de Cambio Cubano.
Investigué
la declaración anual del año fiscal terminado
en julio del 2000 presentada al gobierno por la Fundación
Cambio Cubano, donde declaran que el grupo recibió:
$36,771. en contribuciones y regalos de proceder no identificado,
cero en cuotas de membresía, y gastó $40,973.
Los escasos miembros de Cambio Cubano (además de
Menoyo, su mujer y sus hijos), son el vicepresidente Roberto
Fernández y el secretario Eduardo Guallar. El teléfono
de la organización ha sido desconectado. El grupo
recibió $56,799 en 1998; $16,920 en 1997; $75,000
en 1996, y $3,122 en 1995.
¿De quien? ¿Ha vendido la lealtad, Menoyo?
¿Quién lo va a mantener en Cuba? Otra pregunta
es que si Menoyo tiene síndrome de Estocolmo,
cierta conducta "extraña" que demuestra
afecto entre los captores y sus rehenes. Pues si este
charla animadamente con Fidel, su carcelero de antaño,
bebe cócteles en la misión cubana de Nueva
York y ahora, en La Habana, se reúne con dirigentes
gubernamentales, díganme ustedes. Nada, que Menoyo
espera recoger las frutas maduras que están a punto
de caerse del árbol, postularse con el acuerdo
del gobierno como la "oposición" más
aceptable, tener unas elecciones a lo cubano y dejar las
cosas casi como están. Pues no, Menoyo, Cuba merece
un futuro democrático, no la permuta socialista
que sería aceptable para tí.
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