Israel
Picallo Ortiz
Aunque
este es un tema entre lo material y los sentimental, en
Cuba que seguramente podemos afirmar que es completamente
distinto a otros países conocidos; no por su ceremonia
sino mas bien por las motivaciones y los eternos trabajos
que pasan aquí, los cubanos.
Si
de motivaciones hablamos , podemos dividirlas en varias
opciones que van desde los sentimentales en la cual la
pareja se une para legalizar su condición social
motivada por el amor, que dicho sea de paso es uno de
los sentimientos impulsores de las relaciones humanas
, pero no debemos descartar las otras que se originan
como formulismo para la vivienda; la joven que se casa
con el infeliz viejito y espera pacientemente a que un
no lejano día venga la Comisión de la funeraria
a recoger el cadáver y por ley le pertenece la
vivienda y resuelto el eterno problema del que no tiene
donde cobijarse .
No
falta el matrimonio que se legaliza tan pronto uno de
los dos tiene la posibilidad real de salir definitivamente
del país , y el otro, hombre o mujer sin alternativas,
ve en esta legalización matrimonial , el añorado
sueño de dejar para siempre la libreta de abastecimiento
, la mirada escrutadora del vecino políticamente
impertinente y los desfiles con banderitas.
Pero,
los que se unen amparados por el sentimiento del amor
, también se dividen en dos grandes grupos, los
que tienen , y los que no tienen ni donde caerse muertos,
como decimos por aquí a los que no tienen mucho
dinero.
Los
que tienen , pues vamos, no tienen problemas de ninguna
clase, esos, con un grupo respetable de billeticos verdes;
que dicho sea de paso los que nos gustan de verdad ; contratan
un salón que lleva incluido buffet, bebidas, música
y por supuesto sus estirados y uniformados cantineros
que se encargan de todo , con la sonrisa en los labios
y la palabra señor entre los dientes y la luna
de miel garantizada en donde deseen , porque tanto ellos
como sus poderosos amigos son fieles devotos del maravilloso
“Don dollar”.
El
resto, los infelices, los que andan por donde quiera ,
que te encuentras en cualquier esquina, viendo pasar el
día ; esos si pasan trabajo ; comienzan con las
eternas colas para sacar el dichoso turno del matrimonio
; la odisea para alquilar la ropa y algún que otro
trapito que ponerse comprado en moneda nacional en esas
tiendas que venden ropa extranjera y que realmente nadie
sabe de donde rayos salió , hay quien afirma que
son ropas usadas de donación , otros dicen que
son decomisadas en los aeropuertos; en fin “ropa
de todas maneras”.
Resuelto
esto, viene el otro problema , la fiesta, que por supuesto
tendrá que ser extremadamente sencilla a la que
tienen derecho a un pastel o un cake como decimos por
acá, que te puedes considerar dichoso si lo obtienes
, ese mismo día te lo entregan , claro si lo pagas,
si la dulcería esta trabajando y si tienen con
que hacerlo , que nada de eso es seguro.
La
bebida que simplemente son tres cajas de cerveza y que
en ningún caso te la entregan ese día, siempre
esa entrega se efectúa 15 días o un mes
después, alegando para ello múltiples justificaciones
– el carro que las distribuye no vino- la fabrica
esta cerrada- no hay gasolina- o “ simplemente tienes
que sobornar para poder llevar tus tres cajas...claro...todos
estamos mas que claros que no es un problema de gasolina,
ni fabrica cerrada, sino mas bien una total ausencia de
vergüenza.
Y
una luna de miel para la cual también te espera
una tremenda cola para reservarla, de lo que este disponible
ese día , que no es lo que deseas, sino lo que
te toca.
Pero
no importa, en definitiva donde sea, son tres días
que te enfrentas con poco dinero y muchas ilusiones ;
pero no importa, a conformarse, porque eso es definitiva
lo que te mereces después de mas de 40 años
de aguanton.
Ese
es en definitiva el móvil por el cual cuando le
dices a una pareja de enamorados ...¿ por que ustedes
no se casan ?.... te miran extrañados , como si
fueras un bicho raro, que pretende burlarse de ellos o
maltratar su inteligencia ; porque saben a ciencia cierta
que somos cubanos .... lo que les espera, no es fácil |