Víctor
Rolando Arroyo
Jóvenes
de Pinar del Río se prostituyen para sobrevivir,
al igual que sucede en otras regiones de Cuba, aunque
muchos de ellos prefieren trasladarse hacia la capital
del país, donde obtienen mayores ganancias.
Aunque
el gobierno trata de hacer ver a la opinión pública
que quienes ejercen la prostitución (acción
llamada popularmente "jinetear") son individuos
con problemas familiares y sociales, que abandonaron los
estudios, nadie puede desmentir que un sinnúmero
de esos jóvenes provienen de familias respetables,
se han graduado de técnicos medios y hasta de carreras
universitarias, y que el denominador común es la
crisis económica, política y social que
afecta a la sociedad cubana.
La
prostitución abarca a jóvenes de ambos sexos,
pero la ejercen principalmente las mujeres. Las prostitutas
o jineteras han sido clasificadas vulgarmente en dos tipos:
"de chancleta" y "de tacón alto".
Las
primeras sólo han logrado vencer el 9no o el 12vo
grado de escolaridad, mientras que las segundas son graduadas
en alguna especialidad técnica o universitaria.
Aunque
las edades de las jineteras oscilan generalmente entre
los 17 y los 35 años, en una encuesta informal,
todas manifiestaron ciertos intereses comunes: comprarse
ropa, calzado, artículos electrodomésticos,
pasear por el país, hospedarse en hoteles, divertirse,
alimentarse bien. Efectos y actividades a las que no tienen
acceso a través del cumplimiento de sus labores
en empleos estatales.
La
mayoría de las entrevistadas coincidieron también
en que una de las causas principales que las impulsa a
entrar en la prostitución es el deseo de ayudar
a sus familias en lo que a ingresos económicos
concierne.
Una
especialista consultada, que pidió que no la identificaran,
refiriéndose al tema, declaró a la UPECI:
"Ellas aspiran a cuestiones que no están a
su alcance y que, lamentablemente están por encima
de las posibilidades de la mayoría de los cubanos:
quieren adquirir artículos y servicios tan elementales
como ropa, calzado o vacacionar. Simplemente vivir con
decencia, aunque parezca contradictorio".
Lo
significativo del fenómeno de la prostitución
en la Cuba actual es que estas jóvenes jamás
podrán obtener nada de lo que ahora tienen con
los salarios que devengarían si ejercieran sus
técnicas y profesiones, o se desempeñaran
en otros empleos.
En
este contexto, es frecuente que familias de Pinar del
Río sobrevivan gracias a la hija o nieta jinetera,
o al joven pinguero, como llaman a los varones que ofrecen
sus servicios sexuales a extranjeras o extranjeros.
Una
parte no precisada de la juventud de Pinar del Río
se desmoraliza con la práctica de la prostitución
que, vale destacar, dada las circunstancias de agudización
de la crisis se ha extendido también a los nacionales,
por lo que con frecuencia se observa como jineteras y
pingueros se entregan a cubanos con acceso al dólar.
Casos hay de jóvenes que cambian sus servicios
sexuales por un pomo de champú, una botella de
aceite o un dólar, que al cambio oficial vigente
se cotiza a 22 pesos.
La
prostitución o jineterismo revela una arista de
las tantas que conforman el problema social cubano de
estos tiempos, es uno de los rostros feos del socialismo
que vale la pena estudiar a profundidad. |