Por:Jay
Martinez
Director Programa Radial Magazine Cubano
Jay@coqui.net
Uno
de los peores errores políticos de Fidel Castro fue sin
dudas el permitir la entrada a la Embajada del Perú en
la Habana, el 1ro. de abril de 1980, a toda persona que deseara
salir de Cuba. Para su gran sorpresa en el transcurso de cuarenta
y ocho horas más de 10 mil personas en su mayoría
adolescentes y jóvenes penetraron la sede diplomática
y se acomodaron en los techos, jardines, pasillos y el patio de
la mansión. El resto es historia.
Más
de 125 mil cubanos salieron de Cuba en barcos hacia Miami. Operación
que duró alrededor de tres meses y que el Presidente de
Estados Unidos por aquellos años, James Carter, logró
detener. Todo esto ocurría
mientras la Revolución Cubana se presentaba ante el mundo
como el “paraíso socialista” y modelo para
el resto de las naciones del orbe.
Yo
pertenezco a esta generación de Marielitos y fui uno de
los más de 10 mil cubanos que entramos en la Embajda del
Perú. Llegué al exilio con 16 años, una edad
muy difícil porque cuando se tiene que salir del país
de origen y eres un adolescente todo se torna complicado. A esa
edad normalmente no tienes estudios terminados, ni profesión,
ni experiencia laboral alguna. A esto se sumaba el conocimiento
del idioma aspecto imprescindible para poder integrarnos en la
nueva sociedad que nos acogía.
Aunque
fue una minoría la que nos rechazó, muchos nos miraban
como extraterrestes y trataban de estigmatizarnos como personas
diferentes y hasta en muchos casos, peligrosas. Para mí,
como joven exiliado este fue mi mayor reto en el exilio. Superarme
y dar testimonio con mi ejemplo y esfuerzo de que no todos los
que habíamos llegado por el Mariel éramos iguales
y que tan sólo una ínfima minoría, que el
régimen había sacado de las cárceles, eran
personas indeseables.
Tengo
que confesarles que para mi es un inmenso orgullo pertenecer a
esta generación de cubanos que le traímos la sal
y el sabor que el exilio histórico de Miami necesitaba.
Fuimos el motor de cubanía, de sangre nueva de cubanos
que no conocimos la Cuba que reía y que cantaba, pero que
rebosábamos de ganas de disfrutar por primera vez en nuestras
vidas del aliento de la libertad y la democracia, experiencias
que sí vivieron aquellos que conocieron la Cuba de antes
del 59. Los Marielitos trajimos a Miami las Ruedas de Casino,
las Fiestas de Quince Años, los Pregoneros y Vendedores
Ambulantes, los Vianderos visitando casa por casa, las Costureras
Caseras, jardineros y hasta el Carnaval de la Calle Ocho que ya
es conocido internacionalmente.
Demostramos
que éramos gente buena y con muchos deseos de triunfar
y echar pa´lante. Lo único que necesitábamos
era libertad y oportunidades para demostrar al mundo que no éramos
los escorias que el régimen propagandizaba para justificar
su derrota. Aquel éxodo tan numeroso constituía
una vergüenza para la Cuba socialista.
Hoy
los Marielitos, 25 años después, nos sentimos orgullosos
de haber triunfado en las diferentes labores a las que nos dedicamos.
Son miles los ejemplos de cubanos de la Generación del
Mariel que ocupamos importantes puestos dentro de las sociedades
donde vivimos y somos ejemplo para todos. Quiero felicitar a todos
los Marielitos donde quiera que se encuentren y decirles que hoy
más que ayer debemos sentirnos orgullosos porque nuestra
generación demostró que triunfamos a pesar de que
el régimen hubiese preferido lo contrario. Nuestro país
lo que necesita es libertad y cuando esto llegue los cubanos demostraremos
nuevamente al mundo lo que siempre fuimos: hombres y mujeres amantes
de la libertad.
Jay
Martínez salió de Cuba en 1980 por el Mariel y fue
uno de los más de 10 mil cubanos que entró en la
Embajada del Perú en la Habana. Es empresario y periodista
y dirige el programa radial cubano de mayor audiencia en Puerto
Rico, “Magazine Cubano”. Es columnista para diferentes
medios de prensa, y esta en proceso de publicar “Crisis
en la Habana” un libro en el que narra sus memorias de los
sucesos de la Embajada del Perú. Actualmente reside en
San Juan, Puerto Rico.
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