Con
frecuencia canales de TV de Montevideo transmiten pedidos
de dinero para financiar tratamientos médicos en
Cuba, dando a entender que la medicina en ese país
posee un alto nivel. A ese respecto, una pregunta se impone:
más allá del mito, ¿cuál es
la realidad sobre la medicina cubana?
Me permito citar brevemente tres ejemplos para que el
lector pueda juzgar por sí mismo. Primero, el de
la tan publicitada vacuna contra la meningitis B. Un estudio
del conceptuado Centro de Vigilancia Epidemiológica
(CVE) del Estado de San Pablo, Brasil, dado a conocer
recientemente, recopila datos estadísticos demoledores
acumulados durante los últimos años que
muestran la ineficacia de la vacuna cubana contra la meningitis
B en los niños menores de cuatro años, los
más vulnerables a esa terrible enfermedad .
Segundo, el de la no menos publicitada terapia de transplante
y regeneración del sistema nervioso. El Dr. Manuel
Aracena, del Colegio Médico de Chile, después
de un viaje a Cuba para analizar la realidad sobre ese
tratamiento, no encontró ningún paciente
que presentase "mejoría objetiva" y tampoco
pudo obtener "ningún caso publicado"
que comprobase científicamente un resultado positivo
.
Tercero, sobre el tratamiento de la retinitis pigmentosa,
la American Medical Association (AMA) ha alertado sobre
los "catastróficos resultados" en ese
campo: los enfermos tratados "acaban peor de lo que
estaban antes de someterse al tratamiento electro-ozonante"
de la medicina cubana .
Más allá del mito paradisíaco, esta
es la triste realidad. Mucho más podría
añadirse sobre los tristes resultados de la medicina
cubana. Capítulo aparte es lo relacionado con el
control psico-social de la población. Los médicos
cubanos son mitad facultativos, mitad comisarios políticos
del Partido Comunista. Un texto oficial de la especialidad
de Medicina General Integral incluye un capítulo
para adiestrar al mentado "médico de familia"
en la manipulación y modificación de aquellas
"actitudes no deseables" de los desdichados
pacientes, que se aparten de la anticristiana "moral
socialista". La Asociación Médica Británica
ha denunciado, por su parte, el uso indebido de la psiquiatría
para castigar a los opositores con crueles tratamientos
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