Por
Miguel A. García Puñales
Centro
de Información y Documentación de Estudios Cubanos
En
el exilio podemos cumplir con largueza las dos primeras condicionantes,
pero la última se nos torna harto difícil y la socorrida
práctica de evaluar temas de este tipo utilizando la población
exiliada como muestra de estudio, genera siempre un sesgo imposible
de suplir sin el trabajo de campo en la Isla.
Hago
esta aclaración, pues es común encontrar en el exterior
a numerosas personalidades que por su procedencia formativa, alejamiento
durante decenios del territorio nacional o por simple confusión,
dan por hecho que el grado de ineficiencia general del país
es achacable a todos los estratos profesionales de la Isla y eso
¡es un grave error!
Sólo
que en el asunto racial, no han de buscarse puntualmente datos
o conclusiones en los informes de investigaciones específicas
sobre el tema. Esta afirmación se sustenta en dos razones;
-Primero,
si la investigación es pública, seguramente estará
amañada, pues este tema es clasificado en la Isla y sólo
se encarga por directivas de gobierno a grupos de investigadores
directamente vinculados al poder político y siempre con
objetivos propagandísticos. Tal es el caso de los estudios
sobre temas de la juventud que se desarrollan desde la Unión
de Jóvenes Comunistas.
-Segundo,
las verdaderas investigaciones sobre el tema, con este asunto
como objetivo declarado, nunca salen a la luz pública pues
se utilizan como herramientas de gobierno por los diferentes niveles
del aparato central del poder.
Existen
sin embargo numerosas investigaciones sociales que de forma indirecta
abordan el tema y aunque en sus conclusiones generalmente sea
necesario despejar la paja del vocabulario en uso, aportan datos
y razones de enorme valor práctico.
Tales
pueden ser, sólo por situar dos ejemplos, la Investigación
Nacional de Crecimiento y Desarrollo de la Población Cubana,
regentada por el Ministerio de Salud Pública, que va a
cumplir su tercera década de trabajo, o el Estudio sobre
condiciones socio-económicas de la población cubana
mediante estratificación cartográfica, terminado
a finales de los años 80 por el Instituto de Planificación
Física.
Con
ambas se trabajó directamente en el Estudio Nacional de
Recursos Humanos para el Trabajo Social encomendado por el Consejo
de Estado al Ministerio de Salud Pública y verdaderamente
se puede decir que gracias a ellas se pudo prescindir de una parte
importante del trabajo de campo inicialmente contemplado en el
Protocolo de esta última, por demás extra-plan sin
recursos asignados.
Es
pues importante reconocer que aún en condiciones de democracia
habrá un duro trabajo por hacer en cuanto a la eliminación
del racismo como fenómeno social, en tanto y cuanto es
un fenómeno que ha excedido en el tiempo a varias generaciones
de cubanos.
Incluso,
uno de los problemas más evidentes que tendremos es, saber
con certeza sobre qué universo trabajaremos. Me explico;
la práctica social y por extensión los estudios
más serios sobre razas en Cuba, contemplan hasta un máximo
de 20 fenotipos raciales claramente definidos. A diferencia de
la común práctica para la definición de los
fenotipos, pongamos por ejemplo en Europa; en Cuba sólo
en un caso concreto se utiliza la geometría craneal como
definitoria del fenotipo.
El resto de las definiciones versa sobre las diferentes gradaciones
de la pigmentación de la piel, color de los ojos, tipo
y color del pelo y en tres fenotipos concretos se tiene en cuenta
el pliegue epicántico.
Sin
embargo, en todos los censos de población efectuados en
la Isla, durante la República y después de ella,
la estratificación racial sólo ha tenido en cuenta
cuatro posibles encasillamientos, vale decir; Negros, Blancos,
Mestizos y Asiáticos. Si a esto se suma que en la totalidad
de los casos los encuestadores han carecido de entrenamiento en
Antropología Física, estaremos en presencia de resultados
censales que en el tema racial sólo reflejan el auto imagen
del encuestado.
Si se tienen dudas al respecto, sólo debemos observar los
resultados de los diferentes censos que reflejamos en las siguientes
tablas.
Tabla
1.
Composición
de la población de Cuba, según el color de la piel, por
provincias, en por cientos (1981)
Provincias |
Blancos
|
Negros
|
Asiáticos
|
Mestizos
|
Pinar
del Río |
78,3
|
14,3
|
0
|
7,4
|
La
Habana |
82,2
|
9,5
|
0,1
|
8,2
|
Ciudad
Hab. |
63
|
16,4
|
0,2
|
20,4
|
Matanzas
|
76
|
12,7
|
0,1
|
11,2
|
Villa
Clara |
82,5
|
6,9
|
0,1
|
10,5
|
Cienfuegos
|
76,6
|
9,6
|
0,1
|
13,7
|
S.
Spiritus |
84,1
|
7,4
|
0
|
8,5
|
C.
de Ávila |
80,8
|
9,5
|
0,1
|
9,6
|
Camagüey
|
77
|
11
|
0,1
|
11,9
|
La
Tunas |
74,4
|
7,2
|
0,1
|
18,3
|
Holguín
|
78,8
|
6,1
|
0,2
|
14,9
|
Granma
|
42,7
|
4,4
|
0,2
|
52,7
|
Stgo.
Cuba |
30,2
|
22,2
|
0,3
|
47,3
|
Guantánamo
|
26,3
|
18,8
|
0,4
|
54,5
|
Isla
de Pinos |
66,8
|
10,9
|
0,2
|
22,1
|
Cuba
|
66
|
12
|
0,1
|
21,9
|
|
Tabla 2.
Composición
de la población de Cuba, según color de la piel,en por cientos
(1931-1981)
Color de la Piel
|
1931 |
1943 |
1953 |
1981 |
Blancos
|
72,1
|
74,3
|
72,8
|
66
|
Negros
|
11
|
9,7
|
12,4
|
12
|
Asiáticos
|
0,7
|
0,4
|
0,3
|
0,1
|
Mestizos
|
16,2
|
15,6
|
14,5
|
21,9
|
|
Fuente: Oficina Nacional del Censo. Censo de población
1981
Por
simple percepción empírica; ¿Puede alguien
suponer que la raza blanca constituya en Cuba mayoría sobre
la suma del resto de las razas censadas?. Los resultados censales
han diferido siempre con los resultados cruzados de diferentes
encuestas, estudios o trabajos de campo de especialistas en lo
referente a la temática racial.
La
respuesta se encuentra en la especialización de los investigadores,
que para fines prácticos concretos, perfeccionaron la caracterización
de los fenotipos. Tales son por ejemplo los trabajos que se han
desarrollado para la salubridad cubana. Es de sobra conocido que
en este ámbito específico la precisión del
fenotipo es parte del trabajo para la prevención y cura
de determinadas enfermedades.
La
concepción popular de “étnia” en Cuba
no es tal. Se entiende por étnia a una comunidad humana
que comparte no sólo raza, sino también idioma,
cultura, costumbres etc. Las razas en Cuba son tributarias de
todos los elementos de la étnia, con excepción hecha
de la pigmentación de la piel, lo que ha llevado al común
de los investigadores a definir al cubano como una unidad social
uní étnica y multirracial.
Nuestra
cultura es mestiza, totalmente mestiza y las diferencias entre
grupos humanos en el orden cultural, están vinculadas más
a la extracción socio-económica del grupo en cuestión
que a la pigmentación de la piel de sus integrantes. La
marginalidad inducida constituye el principal caldo de cultivo
para el fenómeno racista.
Es
un fenómeno que se expresa más en el ámbito
de la sicología individual que de los atavismos sociales
formalmente reconocidos. A diferencia de otros pueblos de nuestro
entorno, los cubanos de la raza negra participaron y muy activamente
en las gestas que dieron origen a la Nación y las leyes
reconocieron su derecho al ejercicio pleno de la igualdad. Es
más, las actuales leyes del gobierno totalitario recogen
con mayor precisión que las republicanas la protección
formal contra las diferentes manifestaciones del racismo.
Si
esa formalidad fuera suficiente no estaríamos hoy tratando
de seguir el hilo de Ariadna, ni sería necesario que el
amable lector tenga la paciencia de continuar con la lectura de
este ensayo.
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