Por
José Caravia
De la novela "Uno mas"
Llegue a esta vida un mediodía en nuestra casa situada
en Aguilera 531 en la bella cuidad de Santiago de Cuba, Oriente
Cuba, un 14 de Mayo de 1942; hijo legitimo y el segundo de la
vida matrimonial de mis padres (según me dijeron) Clarisa
Eloisa Guasch Borde y Senen Caravia Carrey los dos hijos de emigrantes
de Francia y España respectivamente; Fui bautizado con
el nombre de José Senen Caravia Guasch (Pepín) En
esta fecha corría la Segunda Guerra Mundial aunque solo
sé savia que existía por los periódicos y
la radio, ya que la Republica de Cuba siendo una Isla del Caribe
(Republica “Independiente”) nunca estuvo envuelta en los horrores
de esa Guerra.
Mi
vida de niño fue normal aunque a veces acelerada debido
a que mi padre cambiaba de profesión o negocio y en Cuba
se empezaba a vivir una vida de progreso y cambios en general
debido a que después de terminada la Segunda querrá
Mundial la revolución Industrial empezaba a hacer impacto
siempre recordando que Cuba desde la Independencia había
sido siempre un satélite de los Estados Unidos y ellos
tenían metido las manos en todo lo que era Cuba; desde
controlar quienes iban a ser los gobernantes hasta tratar de destruir
la moral de nuestras raícesde
España ya que un 70% de la población descendía
de españoles y teníamos las mismas costumbres y
valores. Hay muchas cosas que recordando me indigna como, se les
prohibía las salidas a la calle a las mujeres si no estaban
acompañada por un hombre cuando había franco americano
(Algún barco de guerra americano en la cual le daban libertad
a los marinos a visitar la cuidad en que estuvieran su barco anclado)
saliendo como una banda de lobos en busca de bebida alcohólica
y mujeres (En toda Cuba habían zonas autorizadas para la
prostitución), pues en su mentalidad nosotros éramos
considerados como algo de segunda clase y que todas las mujeres
cubanas eran putas. Siendo muy pequeño recuerdo la famosa
violación a la estatua de nuestro mártir de la Patria
José Martí situada en la Habana en la cual un marino
americano embriagado se encaramo en la punta de la estatua y se
orino expresando una vez mas los sentimientos que ellos siempre
tenían hacia nosotros; no quisiera elaborar mas sobre este
tema ya que otros historiadores han escrito sobre este tema y
a la misma vez me revuelve él estomago en solo pensar que
los títeres que siempre tuvimos como dirigentes en nuestra
Republica desde la Indecencia de España siempre tuvieron
comprado por los intereses americanos.
Yo
me acuerdo que siendo muy pequeño mi padre tenía
un negocio de “maniquíes” en la cual lo fabricaba
en una estructura detrás de la casa de su
hermano (mi único tío “Pepe” por parte
de mi Padre) en las afueras de Santiago de Cuba rumbo al poblado
del El Caney. Me acuerdo con tanta exactitud porque teniendo como
3 0 4 años hubo un terremoto por la madrugada y recuerdo
que mi madre en su desespero se quería lanzar por el balcón
para la calle y mi Padre la sujetaba por los talones; nos parábamos
en el balcón que daba a la calle (había dos balcones)
uno interior y otro mirando hacia la calle que actuaba como si
fuera una serpiente; el tiempo que duro todo el terremoto, no
me acuerdo, pero fue algo que ha vivido en mi mente toda mi vida.
Los daños a nuestra casa fueron algo serio ya que paredes
fueron desplomadas, y rajaduras a la estructura fueron extensivas.
Mi Padre tuvo la gran idea de irnos todos a casa de mi tío
ya que su casa era de madera y en terremotos es lo mas seguro
donde estar; otra de mis memorias es que íbamos los cuatros
(Papá, mamá mi hermana y yo) en un Ford de los años
30 que mi Padre tenia (este automóvil encendía por
medio de magneto y a veces yo tenia que mover la palanca al frente
del carro, para que mi Padre pudiera arrancarlo) y viajando hacia
la casa de mi tío, era como si estuviéramos montado
en una barca y las olas aunque suavemente nos subiera y bajara
y a veces nos moviera de costado, era tan continuo que todos estábamos
mariado.
Mas tarde teniendo 6 0 7 años mis Padres aunque siempre
tuvieron un negocio en los bajos de mi casa ya que la calle Aguilera
era la segunda calle commercial despues de Enrramadas que era
la principal. La distribución y ventas de los billetes
de la Lotería Nacional siempre estuvo desde que yo naciera
y durante mi infancia; Ocurrieron en mi vida cosas que siempre
he querido borrar de mi memoria ya que trataron de violarme un
empleado de mi Padre cuando solo tenia 6 años. Yo aun en
mi tierna edad crecía mentalmente muy rápido y mis
deseos de copiar las ideas de negociantes (creo estaba en la sangre
ya que mis Padres eran muy negociantes) los sábados cuando
no tenía juegos de pelota yo hice un contrato con mis Padres
de que ellos me fiaran algunas hojas de billetes de lotería
y salía a tocar puertas de personas que yo sabia tenían
los medios económicos ya que eran profesionales o negociantes
y usando mi figura y cara de ¡yo no fui!(Expresión
calculadora) y vendía para ganar lo mismo que ganaba los
vendedores regulares, en muy pocas horas yo realizaba ganancias
que otros vendedor no lograban en toda una semana. Mi madre al
darse cuenta que era mucho dinero para un (bejigo) así
me decía mamá!, me empezó a quitar todas
mis ganancias y solamente me dejaba lo necesario para ir al teatro
y un emparedado con jugo. Yo reclame y patalee y aunque mi Padre
estuvo de acuerdo conmigo mi Madre dijo que no!, yo entonces opte
por no vender mas y me dedique ha hacer lo mismo que mi hermana
meter las manos en la caja de dinero cuando nadie miraba y coger
lo que necesitaba.
En
estos tiempos ocurrió que mi Padre estaba negociando la
reclamación de los dos hijos de mi Madre en su primer matrimonio
que cuando ella abandona a su primer esposo para irse con mi Padre,
el esposo se lleva a los niños para España ya que
él era español de nacimiento como castigo a mi Madre
los puso en un colegio internados, mas tarde él murió
en un accidente y por las leyes de España los niños
no podrían salir hasta que cumplieran la mayoría
de edad (21), ya en ese momento ellos podrían elegir su
ciudadanía entre ser español o cubano. Finalmente
llego ese día el cual mis dos hermanos mayores (Fernando
Cano y Leopoldo Cano) de 25 y 21 años respectivamente llegaron
a vivir con nosotros. Yo estaba muy exaltado ya que de momento
tenia por primera vez dos hermanos que podría yo compartir
aunque me di cuenta muy rápidamente que eran mucho mayor
que yo y también existía un gran resentimiento entre
ellos (mama y mis dos hermanos) ya que se sentía muy desafortunados
ya que mama los había abandonado cuando eran muy pequeños,
de todas manera disfruté su compañía mientras
duro principalmente a la hora de sentarse a comer, pues éramos
unos cuantos (Papá, Mamá, Nenita “mi hermana”,
Pepe “mi tío, hermano de mi Padre que en ese tiempo
se había separado de su esposa y vivía con nosotros,
a propósito el media 6 ½ pies y pesaba sobre las
300 libras y era un show a la hora de las comidas (tres veces
al día) “Desayuno, almuerzo y comida” yo que
me acuerdo que mi Madre le tenia un florero de cristal como baso,
pues tomaba liquido y comida como algo supernatural) mis dos hermanos
Fernando y Polo (así le llamábamos a Leopoldo) Cada
vez que recuerdo como éramos todos y visualizo a la hora
de las comidas, me río de todas las cosas que sucedían;
Cómo por ejemplo! Si alguno de nosotros (solamente los
hijos) tenia la necesidad de levantarse de la mesa por mas de
10 segundo de su plato desaparecía la carne o pescado,
cualquiera que fuese el plato de ese día!, aunque la única
forma de poder asegurar que no te lo robaran era llamar la atención
y antes de levantarte escupir con saliva el plato con la comida.
No
recuerdo exactamente el año que corría cuando mi
Padre empezó a salir de noche con sus libretas de colegio
y pude enterarme que él estaba estudiando en el colegio
de Periodista y al mismo tiempo que él iba al colegio hubieron
ciertos cambios de negocios, pues una noche vinieron en una rastra
de cama ancha a recoger la caja de caudales donde mi Padre guardaba
los Billetes de la Lotería Nacional y el dinero. Esta caja
de caudales era algo parecido a lo que los Bancos usaban ya que
las dimensiones eran aproximadamente de 10 pies cuadrada y fue
algo increíble ya que tenían que usar grúa
para poder sacarla del negocio. Después obreros empezaron
a trabajar en la remodelación, pues él estaba instalando
un negocio de Fotografía con asociación con un fotógrafo
que se llamaba Ramis. Papá se graduó de Periodista
y a la misma vez aprendió lo de la foto de estudio y como
es de esperar la asociación con el fotógrafo Ramis
se disolvió y el se queda con el negocio. Pasaron los tiempos
y empezó a ser reconocido como Periodista y Fotógrafo
ya que empezó a representar al New York Times y Life Magazine
como corresponsal indepediente a la vez periódicos de la
nación en la cuidad de la Habana. Él viajaba varias
veces a la capital (La Habana), para documentarse de los nuevos
adelantos en la fotografía y en ocasiones él me
llevaba con él y se pasaba horas conversando con distribuidores
de cámaras importadas especialmente de fabricación
Alemana ya que eran las mejores del mundo en aquel momento, aunque
ya los japoneses empezaban
a competir en el mercado mundial, recuerdo que le llamaban los
copiadores de todo. Fue en uno de sus viajes a capital que íbamos
caminado del Hotel donde estábamos hospedado a la tienda
que solía ir a comprar o ver cámaras importadas
de Alemania, que me sucedió algo simpatico. Le digo a mi
Padre!...Papá alguien nos esta llamando, porque oigo alguien
silbándonos pero no veo Quien!...El se rió y me
dirigió a una puerta dividida a la mitad y la parte de
arriba tenia rejillas la cual el toco! Y una mujer se asoma casi
desnuda y delante de ella me explico que ellas a través
de las ventanitas silbaban a los hombres que pasaban para que
ofrecer sexo por pago monetario y yo me reí interiormente,
pues era algo que nunca pensé, también la mujer
que abrió era muy hermosa y lo sentí mucho que no
estuviera yo solo, pues yo tenia algunos dollares en mi bolsillo
y hubiera estado dispuesto a dárselos todos para estar
con ella aunque no supiera a ciencia cierta que hacer, pero me
hubiera conformado con tocar y mirar (Yo fui hombre a los 9 años)
En una ocasión mi Padre comento en una comida en la casa
que le habían propuesto la representación de toda
la industria del Japón en Cuba y como los japoneses tenían
fama de que todo lo que fabricaban era de muy mala calidad el
rechazo esa oferta. Años más tarde mi Padre se halaba
los pelos por su gran error.
Continuará
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